Con una tasa de desempleo inferior al 10%, y una deuda pública inferior a las de los otros miembros del G8, su salida de la crisis se ve con optimismo. Durante el pasado siglo XX, el crecimiento de la fabricación, la minería y el sector de servicios transformó completamente el país, pasando de ser una economía prácticamente rural a una industrial y urbana. Hoy en día la economía canadiense está dominada por el sector terciario, dispone de un sector secundario considerable, concentrado en el sur de Ontario y Quebec, siendo las industrias automovilísticas y aeronáuticas las más importantes, y sus recursos naturales le facilitan disponer de un potente sector primario.