ALBAOLA celebró su puesta de largo de la mano del Gobierno de Canadá.

Eider Mendoza (Diputada General de Gipuzkoa), Zulema Aragonés (Presidenta de la Cámara de Comercio Canadá España), Xabier Agote (Presidente y fundador de Albaola), Wendy Drukier (Embajadora de Canadá en España).

El pasado 5 de octubre, Albaola presentó en la Residencia Oficial de la Embajada de Canadá en España, y con la embajadora Wendy Drukier como anfitriona, el proyecto “El San Juan rumbo a Canadá”, en un evento que reunió a un centenar de invitados.

Tras dar la bienvenida a los invitados, la embajadora abrió el acto mostrando su total adhesión hacia este proyecto que, por su singularidad y trascendencia, despertó su interés desde el primer momento. Además, compartió con los asistentes que, recién llegada al cargo, visitó Albaola Itsas Kultur Faktoria el astillero-museo-escuela y sede principal de Albaola ubicado en Pasaia. La embajadora Wendy Drukier aprovechó la ocasión para citar la declaración conjunta entre el Primer Ministro Trudeau y el Presidente Sánchez con ocasión de la visita oficial del Primer Ministro de Canadá a España el año pasado, que decía: “Señalamos también las relaciones históricas entre las comunidades costeras de nuestros dos países, incluida la presencia de marinos españoles en la costa Atlántica de Canadá y la exploración de la costa occidental por España; como homenaje a ello, destacamos la reconstrucción en Pasaia (Gipuzkoa) de una réplica de la nao San Juan, buque ballenero vasco del siglo XVI, cuyo original se encuentra en Red Bay (Labrador), Sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO.”

Tras la apertura de la embajadora tomó la palabra Zulema Aragonés Monjas, presidenta de la Cámara de Comercio Canadá España, organismo coorganizador del evento, que recalcó la importancia de apoyar iniciativas que, como ésta, destacan por su capacidad transformadora y generadora de vínculos entre culturas. “El proyecto de la nao San Juan ilustra las raíces y los lazos tan profundos que existen entre Canadá y España. De la mano de nuestro socio Albaola, representa el pasado y el futuro de las relaciones comerciales y culturales entre estos dos grandes países y nos motiva a la Cámara a continuar con nuestra labor”.

Una vez concluida la apertura llegó el turno de Xabier Agote, presidente y fundador de Albaola que, a lo largo de su apasionada intervención, expuso el proyecto de construcción de la réplica del galeón ballenero transoceánico San Juan, patrocinado por la UNESCO; Agote rememoró los principales hitos de la andadura del San Juan, desde el hallazgo del pecio en Red Bay (Labrador) por parte del equipo de arqueología subacuática de la agencia gubernamental Parcs Canada, hasta las últimas fases de la construcción de este galeón, único en el mundo, en las que se halla en este momento.

Xabier Agote: “Uno de los motivos para celebrar este evento, aquí en la Embajada de Canadá, es el deseo de compartir con Canadá el transcendental patrimonio histórico común que fue la aventura de los balleneros vascos. El segundo, y no menos importante, es la posibilidad de mostrar nuestro más profundo y sincero agradecimiento al Gobierno de Canadá por el extraordinario trabajo de investigación realizado a través de su agencia Parcs Canada y por su implicación y apoyo activo a Albaola desde el principio, una postura que desde siempre hemos percibido como un gran regalo y hemos asumido como una responsabilidad: la de recuperar una historia de valientes y de colaboración entre diferentes. Una historia que empezó siendo un sueño y que hoy en día es una extraordinaria realidad.”

Asistieron alrededor de 70 invitados al evento, la mitad de ellos miembros de la Cámara de Comercio Canadá España. Entre los representantes institucionales podemos destacar a Eider Mendoza, Diputada General de Gipuzkoa, quien a través de una breve intervención dió las gracias a los anfitriones, Embajada de Canadá en España, CCCE y Albaola, y animó a todos lo invitados a apoyar el proyecto de Albaola en esta nueva fase de la nao San Juan. Mencionar también a la teniente de alcalde del ayuntamiento de Pasaia, Aintzane Taberna, el delegado del Gobierno en el País Vasco Denis Itxaso, el delegado del Gobierno Vasco en Madrid Juan Aguado, y José Cebrián y Josu Bilbao, de la Dirección General de la Marina Mercante entre otros. Así mismo el evento contó con una amplia presencia de compañías nacionales e internacionales, así como de diversos agentes culturales.

Albaola finalizó el evento dando las gracias a todos los invitados, y agradeciendo especialmente el apoyo recibido de la Embajada de Canadá en España y la CCCE para organizar el evento; mencionó también a tres entidades que han posibilitado la celebración del mismo: Irizar, Carbopress y Malagissona.

LAS CLAVES DEL SAN JUAN

La toponimia, diversas noticias documentales y la tradición oral contribuían a la existencia, en Canadá, de un conocimiento acerca de la presencia en sus costas de balleneros vascos en el siglo XVI. Partiendo de esta base, la densa información recopilada por Selma Huxley en diversos archivos históricos desencadenó la búsqueda de una nao ballenera vasca, llamada San Juan, que se construyó en Pasaia y naufragó en Labrador en 1565.

La intensa labor de investigación subacuática desarrollada por el grupo de arqueólogos de la agencia gubernamental Parcs Canada dio lugar a que, en 1978, descubrieran los restos de la embarcación. El pecio estaba hundido en las inmediaciones de la localidad de Red Bay, en Labrador, a unos diez metros de profundidad y bajo una gruesa capa de piedras de lastre y sedimentos. La sorpresa fue enorme cuando comprobaron que la conservación de la madera era óptima, teniendo en cuenta los siglos que habían transcurrido desde su naufragio; de hecho, se encontraron ante el pecio del galeón transoceánico del XVI mejor conservado del mundo.

Bajo la dirección de Robert Grenier, se llevó a cabo un trabajo de arqueología subacuática sin precedentes hasta entonces. Comenzó con ocho años de excavación e inventariado en los cuales se extrajeron y registraron, una a una, todas las piezas de la estructura del barco, la carga y los objetos que pertenecieron a los marineros, tras lo cual, la investigación continuó en los laboratorios de Ottawa.

Fueron necesarios un total de 30 años de trabajo para obtener, procesar y completar toda la información proporcionada por el pecio. Todo lo hallado, los materiales de construcción, las herramientas, etc., fue investigado de manera pormenorizada. Como resultado, se elaboraron planos y maquetas del San Juan. En la misma ubicación se hallaron tres chalupas balleneras, una de las cuales destacaba por su óptimo estado de conservación. Tras consolidar su estructura, fue instalada en el museo de Red Bay, donde continúa expuesta al público.

Tras concluir la investigación, el pecio del San Juan fue devuelto definitivamente a su lecho submarino, donde sigue protegido, monitorizado y en un entorno estable para su conservación. Tan solo algunas de sus piezas más singulares están expuestas en el museo.

En 2013 todo el conjunto arqueológico de Red Bay fue designado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Albaola recogió el testigo de esta investigación para volver a dar vida a este emblemático barco en Albaola Itsas Kultur Faktoria, su astillero-museo-escuela de Pasaia. Este proyecto de construcción recibió el patrocinio de la UNESCO dos años después, en 2015; un gran hito, ya que era la primera vez que el proyecto de construcción de un barco recibía ese reconocimiento por parte de la UNESCO.

Merece una mención destacada el hecho de que el San Juan es el símbolo del Patrimonio Subacuático Mundial Protegido de la UNESCO. De hecho, la silueta del San Juan es la imagen elegida para su logotipo, lo que da la medida de la relevancia internacional de este barco construido en Pasaia.

Por primera vez, y casi cinco siglos después, el trabajo y la colaboración de diversas personas e instituciones de ambos lados del océano han contribuido a revelar las claves tecnológicas que abrieron los océanos a la humanidad, un hecho histórico trascendental. A través de diferentes disciplinas como la investigación científica y arqueológica, las relaciones internacionales o el intercambio cultural y siguiendo la estela de este gran barco, hemos rescatado un patrimonio compartido, volviendo a establecer lazos de intercambio cultural con Canadá.