Una delegación de empresarios y políticos reforzará lazos comerciales con la décima economía mundial
Canadá se ha convertido en un destino emergente para los productos valencianos. El segundo país más grande del mundo y la décima economía del planeta empieza a ser un destino relevante para las firmas valencianas, que ven en el país norteamericano posibilidades de negocio.
De hecho, una delegación valenciana de empresarios y políticos, encabezada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, acudirá próximamente a una misión comercial como la que se desarrolló el año pasado con destino a Cuba, según ha sabido diario.
Entre enero y abril de este año, las exportaciones valencianas se han disparado. Sumaron 50 millones de euros, un 11% más, un porcentaje que llegal hasta casi el 30% si se contabiliza únicamente la provincia de València.
Del carro exportador tiró con fuerza el sector del automóvil con 14 millones de euros en ventas y un aumento anual del 76%. Otro sector al alza es el del aluminio y sus manufacturas. En cambio, las importaciones valencianas de productos canadienses han descendido en estos meses un 53 por ciento, de forma que la Comunitat Valenciana ya exporta más a este país de lo que compra.
Las exportaciones valencianas a Canadá alcanzaron el año pasado los 150 millones por lo que al ritmo de este año, se superarán. La más importante es la del sector automovilístico, 36 millones y las de mayor repunte en los últimos tiempos la de conservas de verdura, fruta o zumos, un 52%; vidrio y sus manufacturas, un 46%, o la de muebles, sillas, lámparas. También el sector cerámico tiene oportunidades en aquel país.
En siete años el número de empresas valencianas exportadoras a este país ha pasado de las 652 de 2009 a 1.227, es decir que en ocho años la cifra se ha duplicado.
Coincide con el acuerdo CETA
Del análisis de las importaciones de Canadá y su evolución en los últimos años se puede deducir que para los productos valencianos, los principales sectores de oportunidad en este mercado son: componentes para vehículos de transporte, material y maquinaria para el sector de la construcción como productos cerámicos o tejas; la agroalimentaria: preparados alimenticios, productos frescos; la industria química: abonos, cosméticos, medicamentos; la confección-moda y el textil hogar, manufacturas de piedra y herrajes.
Además, el aumento de las exportaciones coincide en el tiempo con la entrada en vigor del acuerdo comercial entre Canadá y la UE, firmado a finales de 2016 tras siete años de negociaciones.
El tratado bilateral de libre comercio -CETA por sus siglas en inglés- es el mayor de los firmados hasta ahora por Bruselas y elimina la práctica totalidad de los aranceles que gravan los intercambios entre ambas potencias y prevé efectos positivos para el crecimiento y el empleo, unos 600 millones de ahorro para los exportadores europeos, según quienes defienden su aplicación. Su aprobación definitiva llegará con la ratificación de los Parlamentos de los 28 países miembros.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig se mostró hace unos meses partidario de dar su apoyo a este tratado comercial, aunque en su partido, el PSOE, la posición oficial era la contraria
En cambio, sus detractores denuncian que tanto el CETA como el TTIP (que se iba a firmar con EE UU aunque ha quedado ralentizado por la Administración Trump) representan la peor cara de la globalización, en la que los pequeños comerciantes y productores saldrán perdiendo y las grandes multinacionales tendrán vía libre para imponer legalmente sus intereses a los criterios de Estados en asuntos esenciales, como la protección medioambiental o la salud.
En ese contexto, una delegación valenciana de empresarios y políticos partirá rumbo al país norteamericano. En Canadá viven 35 millones de personas, concentradas en gran parte en las grandes ciudades del sureste (Toronto, Montreal, Quebec, Ottawa…), cerca de la frontera con Estados Unidos.